Al centrarnos en ajardinamiento de terrazas y balcones, evidentemente pensamos en las terrazas de los apartamentos viviendas construidos en las ciudades o en los bloques turísticos de los centros playeros de montaña.
No nos referimos entonces a plantas de Interior en apartamentos, sino a plantas de exterior en las terrazas y balcones de las viviendas de los bloques urbanos, de vida orientada a la oscuridad de la construcción masiva.
En este sentido, frente a la materialización del hogar ciudadano en masivas edificaciones que algunos sociólogos llaman «petrificación», también «mineralización» y los neoyorquinos «metalización» (en los rascacielos de Nueva York ¡a base constructiva es de acero) surge la necesidad de incorporarle vida natural, o reflejos de vida natural, mediante plantas y flores simplemente cortadas, orientando así, la construcción del hogar moderno hacía un hogar más civilizado y humano. Esta tendencia tiende a transformar las ciudades tradicionales de diseño vertical, hacia las alturas, en un diseño sobre parques y jardines, con un urbanismo con menos urbe y más ruralismo.
Aparece aquí, pues, urbanismo frente a ruralismo, donde la jardinería tiende a ayudar a transformar las ciudades presentes en ciudades-jardín, donde haya posibilidad de que la naturaleza influya en la vida humana ciudadana, recordando que existe un mundo de vegetación cercano al hombre, un mundo vegetal que deleita los sentidos de percepción, un mundo callado y süencioso que brinda color y aromas, reclama cuidados y ofrece las excelencias del reino vegetal.
Desde el punto de vista arquitectónico, la terraza o balcón tiende a proyectar los espacios internos de las viviendas hacia el espacio externo, hacia la calle, hacia la intemperie, a la búsqueda del sol y del aire puro. Pero, para conseguir estos efectos, la terraza necesita disponer de ciertos acondicionamientos, que se pueden fijar en: orientación espacial, dimensión de la terraza y del espacio exterior, nivel de situación, y estructura general del edificio.
Por otra parte, el ajardinamiento de las terrazas y balcones se orientará a fortalecer los objetivos que intenta conseguir la terraza, como también los arquitectos proyectistas de terrazas y balcones, las tendrán que diseñar de forma que éstos admitan el complemento vegetal necesario.
Por todo ello, deberá resultar un acuerdo, o integración, entre «terraza» arquitectónica y «plantas» para esta terraza, entre orientación espacial de la terraza y adecuación vegetal, entre dimensiones de la terraza y volumen de las plantas, entre nivel, o altura, de la terraza, y fortaleza de las plantas a esta exposición, entre estructura general del edificio y peso de jardineras sobre ésta.
Pero teniendo en cuenta que el ajardinamiento de la terraza es posterior a su construcción, las plantas deberán adaptarse a la terraza existente; por ello, al hablar de «plantas de terraza y balcón», tendremos que referirnos a cómo elaborar un proyecto de ajardinamiento de una terraza de unas determinadas características. En este sentido, el proyectista del ajardinamiento deberá comenzar por elaborar un análisis de la situación, que consista en responder a las siguientes preguntas: 1) ¿Cuáles son sus dimensiones? ¿Cuál es su situación y orientación? 2) Tipo de estructura. ¿Cuál es su sistema de cierre?; ventanales, macizos, transparencias. 3) Espacio externo. ¿Existen edificaciones en su frente? ¿Perspectivas? 4) Mobiliario y adornos obligados. ¿Desagües? Textura de las paredes. 5) Presupuesto de realización.
Con todo ello se ha de pensar que una terraza bien ajardinada, en diseño y realización, puede cambiar notablemente la calidad y categoría de un apartamento o vivienda-piso, resultando, como en algunos casos, que la terraza es quien da la personalidad a la vivienda, el estilo de dignidad y ese recuerdo de hogar jardín al que todo hombre ciudadano aspira.
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