Para germinar, las semillas requieren unas condiciones y cuidados. Los factores principales que ayudan y activan este proceso son: calor, humedad, aire, luz, tierra y profundidad de siembra.
Calor. La temperatura óptima varía según la clase de planta. Las semillas de las plantas de interior o tropicales precisan para germinar de 25 a 30 °C, sin embargo, las siembras que se realizan a pleno aire, en los climas , continentales y frescos, empiezan a germinar a temperaturas de 5 a 15 "C.
Humedad. Necesita generalmente, en la tierra, una humedad moderada para que la semilla se mantenga hinchada y tensa. El exceso de agua, sin embargo, perjudica a la germinación, provocando incluso la asfixia de las semillas.
Aire. Para proporcionar el oxígeno que las semillas precisan para germinar, éstas se tendrán que sembrar en un compuesto esponjoso.
Luz. No es un factor muy importante, pero debe recordarse que las semillas necesitan exposiciones sombreadas con mucha luminosidad, pero nunca pleno sol directo.
Tierra. La siembra debe efectuarse en una tierra esponjosa, ligera y bien drenada, para favorecer la aireación y el desarrollo de las raíces. Puede emplearse arena, tierra de brezo o turba.
Profundidad de siembra. Sembrar no es enterrar, aunque generalmente se tienda a enterrar demasiado la semilla. Las semillas deben introducirse a una profundidad relacionada y proporcionada a su diámetro. Las semillas voluminosas deben cubrirse con una capa de cinco centímetros, si son menores con una de tres centímetros y las más finas deberán recubrirse con una pequeña capa de tierra cribada.
IV. EPOCA DE SIEMBRA
Varía según la clase de planta. Normalmente la época más apropiada es durante la primavera, desde marzo que se siembran las más activas hasta finales de abril o mayo que se efectúan casi todas las restantes.
V. ESTRATIFICACION
Es el método más corriente y sencillo para conservar las semillas y también para favorecer su germinación. Consiste en colocar las semillas dentro de recipientes, cajones, macetas o bandejas, formando capas sucesivas y alternas de semillas y tierra o arena, en espera de efectuar la siembra.
Epoca de estratificación
Varía según la especie a estratificar, por ejemplo: Febrero: Para las especies de rápida germinación. Las semillas que germinan fácilmente, su estratificación puede ser reemplazada por una inmersión de ellas en agua templada, que se efectuará 24 o 48 horas antes de la siembra.
Setiembre: Para los árboles frutales como el melocotonero que posee una semilla y fruto voluminoso.
Octubre: Para las semillas de tegumentos muy duros como el Taxus y el Tilo. La estratificación durará 18 meses.
Noviembre: Para las semillas de difícil conservación, éste es el caso del Nogal.
Diciembre: En esta época, se estratifican la mayoría de las plantas, generalmente los nrluistos como el Cotoneaste!", Berberís, Elaeagnus, etcétera...
VI. LA SIEMBRA
Esta operación de reproducción sexual permite obtener en poco tiempo un gran número de plantas jóvenes. Se pueden multiplicar por semillas la mayoría de plantas vivaces, anuales y bianuales, cactáceas, etc.. El poder y la facultad germinativa de las semillas es muy diferente en una especie o en otra, por ello es conveniente informarse dé dichas características cuando se compran por semillas. La siembra puede realizarse a plena tierra o en semillas. Las grandes semillas o las plantas que no admiten el trasplante y las de raíces pivotantes, se siembran directamente en el terreno de cultivo. Pero siempre es mejor efectuar la siembra en semilleros, ya que permite realizar trabajos más meticulosos, buscar el lugar y la temperatura idóneos, etc. Normalmente, la mayoría de las semillas necesitan para germinar estar un tiempo en la oscuridad; para ello, se tapará el semillero con hojas de papel de periódico, que se sacarán cuando aparezcan los primeros brotes verdes.
Sin embargo, existen algunas especies que necesitan luz para poder germinar, como el Rhododendron, la Saintpaulia, etc.; en este caso, las semillas quedarán expuestas a la luz, pero protegidas de las corrientes de aire.
VII. CUIDADOS PARA DESPUES DE LA SIEMBRA
Aunque las semillas no son muy exigentes, siempre es necesario cuidarlas y prevenirlas de las enfermedades, animales y también de las condiciones climatológicas.
Sol. Existen especies muy frágiles que deben protegerse del sol excesivo, mediante telas negras.
Frío. Ciertas plantas que son muy resistentes al frío en estado adulto, cuando son jóvenes necesitan una protección contra él, o bien deben sembrarse más tarde cuando la temperatura sea suave o templada.
Riegos. Han de realizarse con regadores de pomo fino, para que el riego se realice de forma pulverizada y no arrastre las pequeñas y finas semillas a un lado del semillero. Si el riego es fuerte, sucede algunas veces que las plantas al desplazarse nacen todas en un mismo lado.
Animales. Generalmente son los pájaros los que se comen las semillas, para evitarlo se utilizarán las mismas telas negras que se usaban para protegerlas del sol. Los ratones y otros animales también son muy, perjudiciales, por lo que es necesario untar o pintar las semillas con minio.
La botritis. Esta enfermedad está producida por un hongo que ataca a las plantas jóvenes, cuando sólo tienen tres hojas. Para prevenir y proteger las plantas de la brotitis, es necesario la desinfección del suelo, en los viveros, sembrar de una forma clara y despejada y por último suprimir las telas, cuando las plantas ya han nacido. Las plantas afectadas por esta enfermedad han de destruirse y las que se encuentran cerca de las afectadas, han de tratarse con productos a base de azufre. Las coniferas son muy sensibles a esta enfermedad.
Malas hierbas. Crecen por todas partes y deben eliminarse siempre, antes de que se desarrollen mucho. Este trabajo es muy delicado y requiere mucha atención para no arrancar las plantas buenas.
Repicaje. Esta operación es muy importante e imprescindible para que las plantas tengan el suficiente espacio para desarrollarse normalmente permitiendo una mayor ramificación del sistema radicular. El repicaje de las jóvenes plantas sembladas en semilleros, tiene lugar cuando éstas sobresapan de uno a dos centímetros de altura. La operación so realiza arrancando o levantando las plantas, con la ayuda do una espátula, y trasplantándose después en un semillero más grande y profundo o directamente en pequeñas macetas. Algunas plantas pueden repicarse en la época de reposo de la vegetación y otras al cabo de uno o dos meses después de la siembra.
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