lunes, 11 de mayo de 2009

II. COMPOSICION DEL SUELO

El suelo se compone de cinco elementos básicos, que son: las partículas minerales, las partículas orgánicas, los organismos vivos, el aire y el agua.

a) Las partículas minerales se hallan generalmente en proporción superior a los restantes factores, aumentando con la profundidad. Por ello, las partículas minerales son consideradas como la base sobre la que se disponen los otros factores.

b) Las partículas orgánicas, denominadas también «humus», son residuos de materias vivas y su proporción constituye uno de los indicadores de la riqueza del suelo.

c) Los organismos vivos no son únicamente microorganismos, sino también seres superiores tanto del reino vegetal como del animal. Dichos seres vivos son los que producen todas las transformaciones químicas necesarias para el buen desarrollo de los vegetales; sin embargo, no todos son beneficiosos para las plantas, algunos son perjudiciales. La acción beneficiosa de los microorganismos está supeditada a la existencia de «humus» o partículas orgánicas.

d) El aire es el elemento que equilibra y regula la composición del suelo, puesto que el oxígeno activa las

combustiones superficiales, permitiendo con su escasez las reacciones anaerobias, y también, al combinarse con el carbono, regula las transformaciones energéticas.

c) El agua es el medio de disolución y transporte, pues disuelve las sales minerales que han de nutrir a las plantas. También puede actuar como regulador térmico, dado que tiene uh alto poder acumulativo de calor y frío.

Componentes físicos

Procedentes de las partículas minerales, estos componentes determinan con su proporción las cualidades del suelo, y también los cuidados, abonos y labores precisos para obtener buenos cultivos. Los más importantes son cuatro: arcilla, arena, caliza y humus.

ARCILLA

Es un elemento que posee una extraordinaria adherencia y total impermeabilidad, siendo químicamente inactivo. Los suelos donde predomina la arcilla son de una tonalidad rojiza o amarillo oscuro, y las tierras son fuertes, frías y contienen generalmente bastante hierro y microelementos. La arcilla provoca la retención de agua, por lo que un riego excesivo hace que el suelo se vuelva adherente e impermeable, provocando en algunas ocasiones la putrefacción de las raíces vegetales. Después de efectuados los riegos, se forma en la superficie una ligera costra que dificulta la respiración de las raíces, y al secarse ocasionan grietas, que a veces perjudican a la parte subterránea de la planta. Si un terreno tiene una elevada proporción de arcilla, debe corregirse con abundancia de abonos orgánicos, o de enmiendas a base de cal apagada. En suelos arcillosos es conveniente realizar frecuentes laboreos a fin de neutralizar sus efectos. Dichos laboreos son difíciles de ejecutar, por la gran dureza y compacidad de la arcilla y por la formación de granulados que se adhieren a las herramientas ¿jt, de labor, restándoles poder cortante y aumentándolas en su peso.

ARENA

Estas tierras tienen una apariencia muy granulada y se caracterizan por su sequedad, ligereza, fácil airea-ion y escasa cohesión, siendo bastante frías en invierno v calientes en verano. 'Para poder cultivar en arenales, se deberán suministrar frecuentes abonados, por la falta ,, total de elementos nutritivos, y abundantes riegos para contrarrestar la fluidez del agua. Dichos suelos necesitan más aportaciones de materia orgánica que los restantes elementos, aceptando cualquier clase de abonos orgánicos, tanto alcalinos como ácidos, excepto en los casos de ausencia total de arena son de tonalidad gris amarillento, si están compuestos por arenas calcáreas y de color gris blanquecino cuando dominan las arenas silíceas. Estos suelos son fáciles de trabajar y la tierra no se fija en los aperos. Si el suelo está compuesto por más de 70 % de arena, es necesario enmendarlo con aportaciones de tierras calizas y arcillosas.

CALIZA

Es un elemento que se encuentra en estado granulado y rocoso. Los suelos calizos son de color blanquecino, por predominar la cal y de difícil vida vegetal. Las finísimas partículas calizas se disuelven fácilmente con el agua o formándose una masa que se adhiere a los aperos dificultando los trabajos, la aireación y el drenaje, provocando además rápidos encharcamientos. Después de las lluvias o riegos, se forma una costra o capa superficial y compacta que retrasa y dificulta la germinación y la transpiración de la parte subterránea de la planta. Los laboreos son fáciles si la tierra caliza está seca. Para que estos suelos puedan ser adecuados para el cultivo es necesario corregir su alcalinidad, aligerando con enmiendas a base de materias acidas, humus y fertilizantes de reacciones igualmente acidas. Una vez equilibrados, adquieren las propiedades de retener el agua, los abonos y facilitar las reacciones químicas del suelo.

HUMUS

Elemento que procede de la descomposición de materias orgánicas de origen vegetal o animal y que constituye una de las principales fuentes de fertilidad del suelo. Los terrenos humíferos se hallan normalmente en el fondo de las aguas y son ricos en nitrógeno, aunque pobres en cal, muy ácidos y pantanosos. Se caracterizan por su tonalidad parda, rojiza y negruzca. Requieren enmendarse con cal apagada, para de esta forma neutralizar su excesiva acidez. El humus, debido a sus cualidades, polariza los demás elementos, neutralizando con su acidez los suelos alcalinos, aligerando los terrenos calizos y arcillosos, y aumentando a los arenosos su consistencia.

Tipos de suelos segáis sus composición física

Según la proporción de elementos físicos que los suelos contengan, éstos se pueden clasificar en cuatro clases principales:

SUELOS ALCALINOS

Son terrenos tardíos, polvorientos, fríos y blanquecinos; poseen tanta cantidad de salitre y yeso que dificultan los laboreos y neutralizan las materias orgánicas. Suelos difíciles de enmendar ya que necesitan gran cantidad de abono o materia orgánica. En jardines pequeños, es aconsejable incorporar a este suelo, uno convenientemente fértil, en lugar de enmendarlo. El agua de riego y la lluvia erosiona considerablemente su superficie creando desniveles y ondulaciones.

V SUELOS ALCALINOS

Se denominan así, porque en su composición, la proporción de arcilla predomina ante los demás componentes. Estos suelos se caracterizan por su dureza e impermeabilidad, que ocasiona el encharcamiento superficial causando sequía a las plantas. Son tardíos y difíciles de trabajar por su adherencia a los aperos. Es preciso enmendarlos con abundantes abonos orgánicos >.' y frecuentes laboreos, que se efectuarán cuando el terreno esté húmedo, ya que, si se realizan cuando está seco, se forman terrones difíciles de disgregar, o, por el contrario, cuando está encharcado, éste adquiere una mayor dureza. En estos suelos se desarrollan satisfactoriamente árboles y arbustos, como el olivo y la vid, a condición de que las capas profundas no ofrezcan las mismas características.

SUELOS FRANCOS

Son terrenos equilibrados, de naturaleza fresca, per-J meables, que retienen el agua, ligeros, de reacción neutra, fáciles de trabajar persistiendo la labor y con gran abundancia de elementos nutritivos, admitiendo, igualmente, toda clase de fertilizantes químicos. Están compuestos por cuatro componentes físicos, en las siguientes proporciones:

Arcilla ...... 10 al 15%

Arena o sílice . „ . . 50 al 60 %

Caliza . . . o . . 10 al 20 %

Humus . . o o o o 10 al 15 %

Además de estos suelos presentan la cualidad de ser frescos en verano y templados en invierno, siendo a la vez, tempranos y tardíos. Todo este gran número de cualidades, hacen posible que la mayoría de las plantas, por difíciles que sean, se desarrollen, satisfactoriamente en ellos.

SUELOS SILICEOS-ARCILLOSOS

En ellos predominan generalmente la proporción de sílice o arena sobre la de arcilla, formando suelos cálidos y porosos. Precisan numerosos abonados para compensar su escasez y su tendencia alcalina, al igual que abundantes riegos a fin de combatir la rápida desecación de las plantas. Sin embargo, si la arcilla predomina sobre la arena, se forman terrenos más compactos que deben enmendarse con abonos orgánicos que regulen la alcalinidad y mantengan un estado esponjoso en ellos. Igualmente requieren frecuentes labores para ahuecar las tierras y disgregar los terrenos excesivamente voluminosos, y además enmendadas a base de mangas calizas.

Componentes químicos

Para que las plantas crezcan y se desarrollen de una forma óptima, es necesario que absorban y asimilen numerosos elementos químicos que, se hallan contenidos en la tierra, principalmente nitrógeno, fósforo, potasio y cal, aunque también necesitan, entre otros, hierro, manganeso, azufre, magnesio; y como minerales menores, el cloro, cinc, arsenio, cobre, boro, etc. Para su aprovechamiento, estos componentes deben transformarse en sales solubles, para que las plantas puedan nutrirse de ellos a través del agua, en caso contrario, podrían carecer de alimento en un suelo rico en materia nutritiva. Estos componentes químicos deben estar en runa proporción adecuada, ya que el exceso de uno de ' ellos podría convertir el suelo en tóxico.

FACTOR pH

Es el factor químico que indica la proporción de ácidos y bases que contienen los terrenos, pudiendo ser ácidos, neutros o básicos. Los suelos ácidos tienen un pH 7 que indica que están compensados tanto los ácidos como las bases, y los básicos un pH superior a 7. Los suelos ácidos pueden neutralizarse con cal o compuestos calizos y los alcalinos con abonos orgánicos.

Tipos de suelos según su composición química

Según la proporción de elementos químicos que contengan los suelos, éstos se pueden clasificar en dos grupos principales.

SUELOS ACIDOS

Estos terrenos activan excesivamente el potasio y el magnesio, bloquean los fosfatos, y convierten tan fácilmente el aluminio y el hierro en sales solubles, que en ocasiones pueden llegar a ser tóxicos para los microorganismos. Dichos suelos deben corregirse mediante la adición de cal, a fin de obtener un pH aproximado a 7.

SUELOS ALCALINOS

En estos terrenos se forman compuestos que no se disuelven con el agua, impidiendo la actividad química; por esta razón, las plantas no pueden sustraer las materias nutritivas que contiene la tierra. Para corregirlas deben efectuarse frecuentes laboreos combinados con enmiendas mediante la administración de abonos orgánicos y turba, puesto que los abonos químicos son absorbidos y bloqueados por este suelo. Esta transformación debe realizarse muy lentamente, ya que para obtener buenos resultados, la evolución del pH debe hacerse poco a poco.

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